No se quién eres, ni me importa. No conozco a nadie que tenga tan malas entrañas. Solo te deseo que tu y tu familia disfrutéis en vuestras vidas de una inmensa salud.
De verdad te lo deseo, mal nacido.
Ya os comenté hace un par de días, con motivo del post que escribí sobre mi difunta amiga Estrella y la problemática de la anorexia, que intentaría buscar fotografías que certificarán cuanto os contaba y para que desde la crudeza de las imágenes, pudierais ver hasta que punto la enfermedad es capaz de deteriorarte.
Si algún padre, alguna madre, observa comportamientos no habituales en la conducta alimentaria de sus hijos, unidos a cambios en el carácter, si se vuelven más introvertidos, ¡alerta!.
Agárrala fuerte con tus manos y tira de ella/él antes que sea demasiado tarde.
Si tu chaval, si tengo el privilegio de tenerte aquí en tu blog, en tu casa, y tienes la sensación de que algo no va bien en tus hábitos alimenticios, que lo que comenzó como un reto sin importancia para adelgazar algún que otro kilo, ves que se te está yendo de las manos, ¡corre!, ¡escapa! antes que sea demasiado tarde.
Si esto ocurriera, el destino te puede deparar algo parecido a esto:
(Si picáis sobre ellas las podréis ver con más nitidez.)
Detrás de estas imágenes, os prometo que hay muchísimo sufrimiento, muchísimo dolor por parte de quien os escribe y de toda mi familia.
Recuerdo como a mis padres le decían por entonces, "a ver si va estar metido en la droga..."
O como a mis hermanos, en tono de desprecio y peyorativo le decían más de una vez "el yonki de tu hermano...".
Ni era yonki, ni estaba metido en nada de drogas, que dicho sea de paso, toda mi solidaridad para toda esa gente que junto a sus familias pasan igualmente por una terrible travesía del desierto con finales en muchos casos, igual de traumáticos.
Yo era, anoréxico.
A costa de tener que recordar viejos fantasmas ya olvidados, me sentía en deuda con mi amiga Estrella y con tantas chicas y chicos que o están, o potencialmente pueden estar al borde de este abismo.
De esos viejos fantasmas ya me encargo yo. Ya no me asustan.
Solo pretendo con esto, como os contaba el otro día, que vierais la crudeza de la enfermedad. Ese saco de huesos y pellejos, era un chaval con 22 años, que por aquel entonces pesaba, 33 kilos.
No quisiera terminar sin antes volver a reiterar el mismo mensaje que lanzaba en el post de Estrella: a todos los padres, por favor, PREVENCIÓN.
Si la desgracia ya ha entrado en vuestras casas, buscar lo antes posible ayuda médica. Solo con la ayuda de los profesionales se puede salir. Solo, ES IMPOSIBLE.
Aquí, podéis buscar toda la ayuda necesaria y seguro que encontráis ese hilo de esperanza que en muchos casos, se llega a perder. Adaner
Mi solidaridad y mi apoyo a todos esos enfermos, anoréxicos y bulímicos, y sus familias y un beso muy grande para todos ellos.
Mi más sincero apoyo, a tí y a todos los que están sufriendo esa enfermedad u otras. Sobre los anónimos, pues nada, ya sabes lo que pienso. Un beso muy fuerte.
ResponderEliminarCiertamente es una enfermedad que hace mucho daño, y a pesar del tiempo en el que vivimos aun hay muchas chicas (creo que en los chavales es mas raro, como ¿tu caso?) con problemas de ese tipo.
ResponderEliminarEn fin... animo a todos y a luchar que es lo que hay en esta vida.
Bello post hermano y con mucha verdad y mucho sentimiento,es por eso por lo que sigo con especial atención este blog,un abrazo y mi total apoyo a todas las familias que tengan a algun familiar con cualquier tipo de problema,llamese como se llame,nos vemos y nos leemos hermano.
ResponderEliminarDe los anónimos ni caso,se amparan en esconder sus propias miserias sin dar jamás lo que personas como tú haces,dar simplemente la cara y eso ya dice mucho de cualquiera,un abrazo crack.
No me gustan los anónimos sobre todo si son utilizados para insultar o menospreciar.
ResponderEliminarEsos que insultan y menosprecian bajo anonimos son o es la autentica estampa del COBARDE.
Un fuerte abrazo.
Mi más sincero y fuerte abrazo, Juan Angel. Como suelo escribir y decir siempre un abrazo de lo más rabioso para ti, Juan Angel.
ResponderEliminarAhora que estamos ya inmersos en la Semana Mayor de Sevilla te diré, Juan Angel, que en esta tierra de María, siempre es Semana Santa y todos somos penitentes de manera que cada cual lleva sobre sus hombros su propia cruz. La tuya has tenido fuerza para soportarla y llegar hasta el final del recorrido para soltarla de una vez y reconciliarte contigo mismo.
Enhorabuena por salir victorioso de esa lucha sobrehumana y gracias por dar tu propia cara para que otros aprendan el verdadero sentido y valor de vivir.
Amigo mio, me acabas de dejar de piedra. No tengo palabras.
ResponderEliminarEres un heroe de esta puta vida.
Un fuerte abrazo Juan Ángel, eres todo un luchador por contar tu historia y por haber superado una dura batalla ante las numerosas adversidades que imponen las enfermedades, mi más sincero aplauso por contarlo.
ResponderEliminarUn abrazo y aquí tendrás siempre un amigo.
Me he quedado impactado al verte. Hace falta mucha fuerza de voluntad para salir de ahí.
ResponderEliminarEres un campeón y un ejemplo a seguir, amigo.
Un fortísimo abrazo.
Amigo muchas gracias por tu testimonio y por tener la valentía de sacar a la luz tu verdad, al anonimo que le den. Estoy seguro de que testimonios como el tuyo sirven de ayuda a gente que está pasando en estos momentos por situaciones similares y que son tan dificiles.
ResponderEliminarUn abrazo
Tito no lo sabias que tu tuviste está enfermedad,pero ahora me enterado y me alegro que te hayas recuperado con apoyo de la familia!
ResponderEliminarBesos,tu sobrina Ainhoa