Lo cierto es que por unas causas o por otras, el acudir al Nou Camp a disputar un partido se está convirtiendo en una verdadera tortura.
El hablar hoy de sistemas, de alineación, de jugadores, creo que está de más en un partido donde la superioridad del Barcelona ha sido manifiestamente aplastante.
Normalmente los partidos en el Nou Camp se suelen hacer larguísimos, pero a mi este se me ha hecho eterno.
No varió Manzano el sistema que venía empleando en los últimos encuentros, con Renato-Romaric en el doble pivote y con Kanouté de enganche, dejando a Luis Fabiano como único punta.
Desde el minuto uno, los de Guardiola salieron con la consigna de meter en su área al Sevilla, y ya lo creo que lo consiguieron.
El caudal de juego de los barcelonistas era axfisiante y fruto de ello, a los 4 minutos, el de siempre, el argentino Messi se encargaba de hacer el 1º.
A partir de ahi, mis peores presagios se fueron cumpliendo con el discurrir de los minutos.
Al FC Barcelona le hace falta muy poquito para desequilibrar un partido. Si encima tienen su día, si encima su índice de acierto se reduce casi al 100%, apaga y vámonos.
Con 2-o en el marcador, la expulsión de Konko al filo del descanso no hizo más que certificar una derrota que se presumía en goleada de escandalo en la 2ª mitad.
Por supuesto que viendo el resultado, esto carece de la más mínima relevancia.
Yo hoy, al menos no he sentido verguenza de ver a mi equipo. Lo digo como lo siento.
Si he sentido impotencia. Es muy, muy grande hoy por hoy la diferencia existente entre ambos equipos.
Si además a eso le unes el que das todas las facilidades del mundo para que este FC Barcelona te barra, pues eso.
No he visto a un equipo perder tantísimos balones en defensa, en medio campo o en ataque como ha perdido el Sevilla en el partido de esta noche.
Balones que normalmente acabában en ocasión clarísima de gol para los de Guardiola, cuando no en gol. Uno de ellos, aunque finalmente haya sido anecdótico, el gol de Alves viene de un extraordinario pase de cabeza de su excompañero Romaric.
Esta noche era el Barcelona, pero preocupantemente viene sucediendo en casi todos los partidos.
Por suerte, no siempre se juega contra esta máquina de hacer fútbol.
Pero independientemente del rival que había enfrente, no quita el que a estos profesionales haya que exigirles un mínimo de nivel competitivo cuando visita el Nou Camp. Se está convirtierdo en tortuoso el tener que jugar en ese campo, frente a ese rival.
Debutó el canterano Antonio Luna en el mismo escenario donde se proclamó campeón de copa del rey hace 5 meses, en esta ocasión sufriendo como todo el equipo una y otra vez las acometidas azulgranas.
Mala suerte también para el portero de Pino Montano Javi Varas. Al igual que en la temporada pasada, su debut en liga ha sido frente a estos devoradores de goles.
Creo que de nada vale rasgarse las vestiduras ni lamerse las sangrantes heridas sufridas esta noche.
Hay que pasar página y pensar en el próximo partido que será este próximo jueves frente al Karpaty en la Europa League.
Después de un 5-o, hoy cualquier análisis se derrumbaría solo.
Ni se compitió hace 2 meses, ni se ha competido esta noche.
La liga del Sevilla, desgraciadamente no es esta. Hoy hay pocas ganas para más nada.
Mañana será otro día.