Dícese de vergüenza: " Sentimiento ocasionado por alguna falta cometida, o por alguna acción deshonrosa y humillante.
Dícese de vergüenza, la ajena: "vergüenza que siente una persona como si fuera suya, por algo que hace o dice otra".
Mucho está dando que hablar lo ocurrido anoche en el Sánchez Pizjuán en el asunto de los balones lanzados al césped al final del partido que el Sevilla ganó al Villarreal por 3-2.
Vaya por delante, que yo también la sentí.
Actitud deplorable e injustificable por más que actos de este tipo ocurra todos los fines de semanas en todos los campos de España.
Lamentablemente, ocurre que aquí lo harán cuestión de estado.
Cada vez que se hable del tema en cualquier informativo, cualquier portal de internet, cualesquiera de las "amenas" tertulias de la capital de España, el chivo espiatorio será lo ocurrido anoche en el Sánchez Pizjuán.
Como era de esperar, todas las miradas puestas en Cristobal Soria.
En cualquier caso, no le arriendo las ganancias al delegado del Sevilla en este tema.
Si tiene algo que ver, como si no, irán a saco.
Y sin ir más allá porque no lo sé, yo solo digo que yo quiero siempre a Cristóbal Soria en mi equipo.
Con sus errores y sus aciertos, pero en mi equipo.
Y para vergüenza, de sentir autentica y verdadera vergüenza, en este caso vergüenza ajena, lo de los pitos a los nuestros, los de "colorao", por más que ayer como casi siempre, vistan de blanco.
No es una cuestión de ahora.
El pitar a los tuyos, para algunos, se ha convertido en el divertimento favorito cada 15 días en Nervión.
Romaric, Zokora, Alexis, Rodri, Navarro, Fazio, Perotti, etc, etc...
Nunca lo entendí de verdad.
Jamás, en mis más de 40 años que llevo viendo jugar a este equipo, a esta camiseta, he podido comprender la razón que le lleva a la gente el pitar a los suyos.
Y llega un momento en que la situación te supera.
Y llega un momento que a uno, sentado en su asiento de gol sur, viendo jugar a este equipo, a esta camiseta, esos pitos le resultan ya indignos, dolientes y vergonzantes.
Y esos mismos que se creen el ombligo del mundo por estar en su pleno derecho de hacer lo que le de la gana, son los primeros que no admiten el que haya gente que no le gusten esas actitudes y se les reproche.
Miradas desafiantes, amenazantes, chulescas.
Y digo yo, que sevillistas...
Lo de anoche con Romaric y con Rodri, fue una más de tantas.
En el caso del africano, llueve sobre mojado.
Reprochable su actitud cuando ha sobrepasado los limites de la profesionalidad.
Cuando no, NO.
Y el Romaric de esta temporada, nada tiene que ver con el de temporadas pasadas.
Hasta la llegada de Rakitic y Medel, el mediocentro sevillista estaba siendo el hombre más determinante del Sevilla, con su juego, con sus goles y con sus asistencias.
Hace dos semanas en Mallorca, algunos pretendieron cavar su tumba, como si fuera el único que hubiese tenido un mal día. Precisamente esa semana, Romaric estaba inmerso en otra guerra, la de su país y la vida de su familia.
Quizás no fuera una buena idea el que el seis sevillista jugara ese partido después de varias jornadas en el ostracismo y con la vida de su familia pendiente de un hilo.
Ayer, volvió a salir desde el banquillo, y suyo fue el gol que al fin y a la postre dio la victoria al Sevilla.
Y sobre el canterano, Rodrigo Rios, "Rodri", no me extraña nada en absoluto.
Ya he comentado en multitud de ocasiones que esa es la tónica habitual en esta afición, para ser honestos, en parte de esta afición en cuanto a los canteranos se refiere.
Aquí hemos sido muy dados a crear ídolos de barro.
Tan pronto lo encumbramos, como a la primera de cambio, al lodo.
Sin ir más lejos, y como ejemplo más reciente, después de enseñarnos parte de su magistral fútbol en temporadas anteriores, la mala racha que Diego Perotti a atravesado esta temporada, a la que afortunadamente parece haberle dicho adiós, le ha servido para que muchos lo quisieran mandar al destierro, o en su caso, "pa argentina paquete...".
Yo no creo que la gente crea de verdad, que chavales como Rodri, como el propio Luis Alberto, salgan de un día para otro a jugar en la élite y ya sean jugadores consagrados.
No lo creo de verdad.
Sin embargo, tengo la sensación que eso es lo que de verdad espera la gente.
Nunca se tuvo paciencia con la cantera, y desgraciadamente, nada ha cambiado.
Con esto, ni pretendo ni soy nadie para ello, el decirle a la gente lo que tiene o lo que no tiene que hacer en el Sánchez Pizjuán.
Que hagan lo que les de la real gana.
Yo, como dije anoche tras el partido, haré lo mismo.
Nunca pité, nunca pitaré a uno de los nuestros.
A renglón seguido, como se trata de hacer lo que nos de la gana y respetar, eso es lo que piden ellos y los que piensan que hay que respetarlos, a mi también me apetecía decir lo que pienso de este asunto.
Yo por mi parte, no pido ni respeto ni leches.
Ya me cansé de pedir respeto.
El que quiera respetarla, que lo haga.
El que no, que no lo haga.
En cualquier caso, lo de anoche, lo de los balones y la serenata de los pitadores, a quien os escribe al menos, le causó, muchísima vergüenza ajena.
Aquí os dejo el vídeo resumen de la victoria del Sevilla frente al Villarreal por gentileza del gran
Jesús-Creations.