Cambiar el rumbo es cosa de todos; incluso de los futbolistas.

A nadie se le escapa que no corren buenos tiempos para el Sevilla FC.

Estar en el ocaso de la 1ª vuelta de la temporada, con tan solo 24 puntos, fuera de los puestos de Europa y con unas sensaciones, reales, de que este equipo no te enseña casi nada, desde luego que no era el horizonte visualizado por la inmensa mayoría del aficionado sevillista allá por el mes de Agosto.

Muy poco queda de la ilusión que generó la llegada de Marcelino al banquillo del Sevilla FC.

Sabedores que todo cambio necesita tiempo, lo cierto es que a día de hoy, 10 de Enero, este, el tiempo, juega ya muy en contra del técnico sevillista.

Desgraciadamente en el mundo del fútbol, cuando esto sucede, normalmente es el tiempo el que acaba ganándote la partida.

Un tiempo que no perdona, que no hay, que no se tiene. O vas con él, o acaba engulliéndote.

Un tiempo que no depende del trabajo, ni de la actitud, ni siquiera de la aptitud. Depende solo y exclusivamente de resultados.

Y estos no llegan, muy al contrario.

Tras caer eliminado este verano en la previa de la Europa League, el equipo no ha dado síntomas, salvo en contadísimas ocasiones de ser ese equipo competitivo, capaz de volver a la senda de los triunfos que te catapulten a luchar claramente por los objetivos marcados por la Entidad a principios del campeonato.

En pleno declive futbolistico, desangrándose a cada partido por la falta de juego y de lo verdaderamente prioritario, los resultados, Marcelino tiene ante si el reto de recuperar parte del crédito perdido en estos sus primeros cinco meses al frente del Sevilla FC.

Lamentablente, a él no le queda mucho tiempo.

Y a la afición no le queda mucha paciencia. Supongo que a la Entidad, tampoco.

Y para ello, la mejor medicina para comenzar a vencerle la partida al tiempo y a la paciencia no es otra que ganar, y transmitir; ganar transmitiendo a esa, de momento paciente afición de que este equipo puede y debe dar mucho más, que hay potencial para ir recuperando mucho del terreno perdido y para demostrar que desde el banquillo, no solo hay actitud y trabajo, sino además, aptitud y dominio del verdadero calado profesional que significa entrenar al Sevilla FC.

Para empezar, bien haría Marcelino en averiguar de una vez por todas el porqué de algo tan fácil en este Sevilla parece tan difícil...

Y bien harian los futbolistas en no buscar más excusas y poner los cinco sentidos y algo más sobre el césped.

Ayer mejor que hoy.

O en su defecto, mañana...

Partido de vuelta de los octavos de final de copa del rey frente al Valencia.

Complicadísimo remontar ese 1-0 en contra ante un equipo que sin hacer nada del otro mundo, se está mostrando tan competitivo y fiable como en las últimas temporadas .

Para intentarlo, 19 futbolistas los convocados por Marcelino:

Varas, Julián, Coke, Cáceres, Spahic, Fazio, Escudé, Fernando Navarro, Luna, Medel, Campaña, Trochowski, Rakitic, Manu, Perotti, Navas, Reyes, Negredo y Kanouté.

Es baja por lesión después de su meritoria actuación en Mestalla Andrés Palop, mientras en el aspecto positivo cabe reseñar la vuelta de Navas tras su ausencia en Vallecas y la inclusión en la convocatoria tras haber sido duda hasta última hora de Diego Perotti.

Y Reyes.

Ojalá el utrerano sea esa vitamina que le falta a este desvitaminado equipo. Ya en Vallecas demostró y enseño cosas que hasta el momento no habíamos visto ni de lejos.

Buen día mañana para marcarlo como punto de inflexión para el Sevilla y para Marcelino.

En cualquier caso, mañana y siempre, cambiar el rumbo de la nave será cosa de todos; la grada, Marcelino y si me apuran, incluso de los futbolistas...