De tristezas, alegrías y muchas pelotas.

Para el bueno de Rafael, el gran enigma de sus treinta y pocos años es la tristeza. En su trayectoria normal, sin sobresaltos, no encontraba motivos para ese estado de ánimo. Aplicado alumno en Primaria, buen estudiante en Secundaria,  título de Derecho sin ningún tipo de apreturas y trabajando en un banco al día de hoy.

Es un sevillista de los pies a la cabeza, socio desde hace bastantes años y ni en la obtención de todos los títulos pasados se le veía sonreír. Tristeza o seriedad; seriedad o tristeza.

Nunca ha destacado como mujeriego, ligón, etc..., pero sus diez años de relación con una chica que conoció en la Universidad, tierna, amable y comprensiva le dejan más que satisfecho.  Nunca ha sido propenso a las rabietas, discusiones, euforias, etc. sino más bien al contrario, siempre daba una sensación de tristeza. Él mismo sabía que su carácter era así y así se aceptó a sí mismo. Y su pareja , igualmente.

Un día, del pasado mes de febrero experimentó una extraña mutación que le ha durado hasta el pasado sábado después del partido que el Sevilla disputó contra el Levante.  Todo empezó con un dolor intermitente en el costado, a la altura del páncreas y como iba en aumento, él, que nunca va al médico, decidió consultar a un amigo y exponerle el asunto.

El Dr. Suárez le examinó durante casi una hora. Llama por teléfono a un compañero que repite la misma operación. Hay que hacerte una serie de radiografías, análisis, ecografía etc. Vuelve mañana a esta hora. Los dos médicos hablan en privado. Rafael se inquieta.

.- ¿Qué ocurre Suárez?

.- Puede tratarse de algo muy serio.

.- ¿Serio como qué? Estoy preparado para recibir la noticia que sea, y más, ahora que no está Sivia delante.

.- Voy a ser te franco: serio como un tumor muy, pero que muy sospechoso. Pero todavía no te alarmes. Hay que esperar. Y cuando estén los resultados, ya veremos qué decisión tomamos.

Fueron 4 o 5 días interminables entre laboratorios, radiografías, analíticas, tomografías, etc...

Los resultados se lo han dado este domingo por la mañana. Pero antes de conocerlos, se produjo una inesperada novedad en el carácter de Rafael.  Sintió que  por primera vez en su vida gris, fue invadido por la alegría.

Sintió que la cercanía de la muerte era una reivindicación y confirmación de la vida. Durante casi el mes de espera, que para cualquiera habría sido angustiosa, todos los amigos han visto y han sentido la transformación, el cambio inesperado. Sus risas, su humor, su alegría de vivir. Era otro hombre distinto

El sábado fue uno de los sevillistas que tiraron pelotas del tenis al iniciarse el partido contra el Levante y uno de tantos que cantó con fuerza aquello de:   ¡¡¡ Estoy hasta la polla del Barça y del Madrid !!!   ¡¡¡ Estoy hasta la polla del Barça y del Madrid !!!   ¡¡¡ Estoy hasta la polla del Barça y del Madrid !!!

El domingo sobre las once de la mañana le llamó el Dr. Suarez.

.- Rafael, -dijo el médico amigo-  no podía esperar a que vinieras el jueves. Tengo que darte la noticia. Ha sido un pronóstico totalmente errado y no me avergüenzo de haberme equivocado, más bien al contrario, me alegro un montón. No tienes nada grave.

Rafael, tras recibir la buena nueva, quedó algo desorientado y me atrevería a decir que hasta bastante triste.

Es su carácter. 

Texto de Mario Benedetti adaptado por Marcu.