Sevilla FC 3-1 FC Barcelona: Los partidos duran 90 minutos.

Primer partido oficial de la temporada, y bien está, lo que bien acaba.
El Sevilla se impuso al FC Barcelona por tres tantos a uno en la ida de la supercopa de España, después de jugar un partido de fútbol de 45 minutos.

En el inicio del partido, el Presidente José María Del Nido entregó una placa conmemorativa al Palaciego Jesús Navas como homenaje por su recien campeonato conseguido en el Mundial Sudáfrica.

Se presentó el Barcelona con un equipo repleto de chavales del filial, que se empeñaron en darle la razón a su técnico, Pep Guardiola.
En la primera parte, se adueñaron del balón y maniató a un Sevilla plano, sin ideas y que transmitía preocupantes sensaciones.

Sorprendió Antonio Alvarez con una alineación que en nada se parecía a la que todo el mundo daba como probable. Sacó a Fazio por Squillaci como acompañante del francés Escudé, a Romaric formando pareja con su compatriota Zokora en el medio centro, y a Renato en la media punta con Luis Fabiano como único delantero.
En estos primeros 45 minutos, el Sevilla fue un mar de dudas. Un equipo apático al que en ningún momento daba la sensación de poder con un Barcelona que tampoco es que estuviera haciendo nada del otro mundo.
El equipo se mostraba inconexo en todas sus acciones, en todos sus movimientos. Casi no tenia la pelota, y cuando la tenía, no sabía que hacer con ella. Nadie se ofrecía, permitiendo esto excesiva lentitud en el pase al compañero, lo que hacía perder la poca capacidad de sorpresa que el equipo estaba ofreciendo en esta primera mitad.

Renato no conectaba con el medio campo, mucho menos con Fabiano, desaparecido este último durante todo el encuentro.
Perotti no era ese extremo vertical e incisivo que nos habia deleitado en pretemporada, y solo Navas fue capaz de llevar un mínimo de peligro al área del Barcelona.

A los 20 minutos, Maxwell puso un balón en el interior del área pequeña, al que no llega Fazio, e Ibrahimovic mete la puntera haciendo el 0-1, marcador con que finalizaba una malísima y preocupante primera parte.
Resultado que podría parecer lógico de haber estado un Barsa con todos sus efectivos. No era el caso. El equipo catalán saltó al césped hasta con 5 canteranos.

Tras el descanso, Antonio Alvarez mueve ficha. Da entrada al flamante fichaje, el italiano Luca Cigarini en sustitución del marfileño Romaric, que para mi, dicho sea de paso, fue el único jugador que se ofrecía para recibir el balón, más allá que en alguna que otra jugada estuviera impreciso.

Afortunadamente, el cambio fue para bien. El equipo adelantó sus lineas y el italiano, con un ritmo pausado, se hizo con el mando del medio campo. Empezó a dar fluidez al juego, con una cualidad fundamental en el fútbol moderno, rapidez en el pase. Las veces que intervino, vió siempre el desmarque del compañero, aprovechando los espacios que daba el rival para tocar con criterio. De sus botas nació el gol del empate. Gran pase en profundidad a Luis Fabiano, que este con un disparo raso y cruzado bate al portero Miño.
Fue lo único reseñable del brasileño. Estuvo todo el partido desaparecido, deambulando por el campo. Pero esto es lo que tiene el fútbol. Disparó una vez a puerta, y gol.

A partir de ahi, el Sevilla si creyó en la remontada. Faltaba media hora, y el equipo en nada se parecía al de la primera mitad.
Poco después del empate, Kanouté, siempre Kanouté, sustituyó al brasileño Renato.
Solo 8 minutos en el campo, y ya se hacía notar. Gran jugada de Negredo, que acababa de entrar en sustitución de Luis Fabiano, que da un extraordinario pase sobre el Malí, que este convierte en gol. Era el 2-1 y el Sevilla quería más.
Anoche el madrileño si fue ese jugador combativo y con ganas de agradar que la grada reclama.
Diez minutos más tarde, gran jugada de Navas sobre Perotti, que cede al argentino de tacón, y este con su pierna izquierda pone un balón preciso en el corazón del área para que de nuevo Kanouté, siempre Kanouté, remate a placer, haciendo el 3-1 definitivo.

En esta 2ª mitad, intervino mucho más el argentino Perotti, dejando muestras una vez más de su calidad.

Nombres propios:
En defensa, sin ser un lechado de virtudes técnicas, tuvo una notable actuación en defensa el franco-senegalés, Dabo. No obstante, se le echó en falta algo más de participación ofensiva.

Luca Cigarini. Sin duda, se trata de un jugador diferente. Empieza a dar detalles que avalaron su fichaje. Bien es cierto, que anduvo en ciertas fases del partido desaparecido. El último cuarto de hora, apenas apareció. Aún así, es pronto para elevar nada a definitivo, pero a mi al menos, me deja buenas sensaciones.

Me gustó la predisposición de Negredo el tiempo que estuvo en el campo, y Kanouté...
"todos queremos que marque Kanouté...". El equipo con el de Mali en el campo, tiene alma.

Seguramente habrá quien a toro pasado, quiera hacer ver que el Sevilla ayer ganó cuando se cambió el ¿sistema?, cuando se jugó con dos delanteros. Yo no estoy de acuerdo con esta afirmación. El Sevilla empezó a dominar el partido en la 2ª parte con el mismo sistema que acabó la 1ª. Con Renato como acompañante de Fabiano, y con un hombre, Cigarini, que si fue capaz de conexionar el ataque sevillista.
Sin duda, la entrada de Kanouté y Negredo dotaron al equipo de una mayor presencia ofensiva, pero la mejoría ya se vislumbró con los dos brasileños en el ataque.

Buen resultado conseguido en 45 minutos. Los segundos 45 minutos.
Los primeros, para olvidar. No siempre saldremos vivos de una primera parte tan nefasta como la que hemos visto ayer.
Habrá que recordar a los profesionales, que los partidos duran 90 minutos.

Aparcada la supercopa, el miércoles otra batalla. Nos espera en Portugal el Sporting de Braga para disputar la ida de la previa de Champions.
Pero eso será el miércoles.
Hoy, a disfrutar con la posibilidad de conseguir dentro de una semana un nuevo título.
La supercopa de España, un poco más cerca.
Tratándose del FC Barcelona, solo un poco más cerca.