INTI PODESTÁ: Un Uruguayo honrado

Inti Podestá.

LLegó a Sevilla de la misma manera que se fué, sin hacer apenas ruido.

Arribó al equipo Sevillista en la temporada 1999-2000, procedente del Danubio, junto con aquel arrebato charrua de la época compuesto por Marcelo Otero, Rabaijda, Tabaréz, Zalayeta, y que se unieron al gran Nico Olivera, que llego a Sevilla procedente del Valencia en la 98-99.

Inti Podestá Mezzetta, nació un 23 de Abril del 78 en Montevideo, Uruguay.

Tímido, introvertido, de pocas palabras. Sus comparecencias de prensa fueron contadisimas. Era hombre de hablar en el césped.

En su 1ª temporada, el Sevilla era un recién ascendido de la mano de Marcos Alonso, con quien llegó a jugar de manera intermitente.

Podestá no tenía rigor táctico. Tampoco le hacia falta. Marcos Alonso llegó a alinearlo alguna que otra vez de lateral derecho y era un puro desconcierto.

Era, omnipresente, quería estar en todos lados, quería llegar a todos lados.

Llego como volante derecho, pero pronto se hizo con el puesto de mediocentro defensivo...,ofensivo..., bueno, mediocentro.

Decían que era el nuevo Simeone. Yo particularmente, pese a sus similitudes, no tengo dudas de con quien me quedaba, con quien me quedé. Naturalmente, Inti, para mi, fue mucho Inti.

Era un batallar constante, incansable. No sabía dosificar el esfuerzo. Lo daba todo desde el minuto uno.

Su rodilla comenzó a resentirse ya en esta 1ª temporada, ¡ maldita rodilla ¡.

Continuas recaídas, continuas filtraciones para regenerar el calcio, antinflamatorios....No dejo de luchar nunca. Fueron 3 largos años de varias operaciones, mucha rehabilitación, y para su desgracia y la de todos, poco fútbol.

En Julio de 2004, Inti Podesta anunció su retirada del fútbol tras no recuperarse de su última recaída de la lesión de rodilla.

Con 26 años, y toda una carrera por delante, esa maldita rodilla truncó todas sus ilusiones.

El Uruguayo, a través de la web del club, se despidió "agradeciendo el apoyo en los momentos buenos y en los malos, así como el calor que me ha dado en estos cinco años con la camiseta del Sevilla":

"Hice lo que pude para recuperarme, pero no lo logré".

Desconsoladoras palabras de un hombre que aguantó lo indecible para volver a jugar en el fútbol de élite y que desgraciadamente, su rodilla, ¡ maldita rodilla ¡, no le permitió.

En la memoria de todos, dos partidos inolvidables.

3 de Junio del 2001, Sevilla 1-0 Tenerife....

Partido que supuso el último ascenso del Sevilla de la mano de Joaquin Caparros. Con este gol, Podestá entró en la leyenda Sevillista.

Domingo 7 de diciembre de 2003.

Sevilla 3-2 Zaragoza.

El Zaragoza se puso 0-2, pero el Sevilla, liderados por un enorme Podestá, remontó con dos goles suyos y otro de Antoñito en un día lluvioso.

En ese partido, el Uruguayo fue el total protagonista.

Marco dos goles, fue expulsado por dos amarillas, y lo tristemente más significativo, fue su último partido como Sevillista, y por ende, como fútbolista.

Hoy día vive en Uruguay con su mujer y sus dos niños. Sigue siendo un hombre tranquilo, nunca le gusto la " juerga " y basicamente se dedica a ayudar a su padre en un negocio familiar.

La mala suerte se alió con este Uruguayo, tímido, luchador, honrado, con vergüenza torera.

Tras la última renovación que le ofreció el Club, le propuso a Monchi cobrar por partido jugado, sabedor de las dificultades que tendría para poder jugar con regularidad.

Sin duda, este Uruguayo encajaba en ese perfil que reza nuestro himno, " el equipo de la casta y el coraje ".

Que te vaya bonito, Uruguayo.

¡Grande Inti Podestá.!