Mucho que hablar del partido de anoche, o quizás por reiterativo, no haya que hablar tanto.
Por motivos familiares, anoche no tuve ocasión siquiera de abrir el portátil, pero aunque sea tarde, hoy quisiera dejaros mi opinión de lo que YO vi ayer.
Una vez más, y van ya demasiadas, los errores arbitrales condenaron al Sevilla en tierras gallegas, lo que al fin y a la postre supuso la merma de dos nuevos puntos en su casillero, cosa que desgraciadamente le alejan un poco más de ese, como dije ayer, quimérico objetivo.
Errores que pueden ser humanos, pero que en el caso del Sevilla llueven sobre mojado.
¿Mano negra?.
¿Se estará pagando a precio de oro la "indolencia rebelde" de nuestro presidente José María Del Nido en el caso del reparto de las televisiones?.
Que se yo.
El "error" de anoche, con el cercano precedente del
no gol del partido de copa frente a la galaxia, con manifiesto protagonismo de los jueces de linea en ambos casos, hacen soliviantar al mas sereno y lo único que le queda al aficionado de a pie es el recurso del pataleo.
Deben ser otros los que de una puñetera vez tengan que dar un golpe encima de la mesa y "llorar a moco tendido" si es necesario. Lo mismo en nuestro caso, tambien se cumple aquello de quien no "llora no mama".
Y hasta ahí, el tema arbitral.
Quiero, aunque sea brevemente, hablar de fútbol.
No podemos meter la cabeza bajo tierra como los avestruces y hacer como que no nos enteramos de nada.
Hoy, dejando a un lado los "errores arbitrales", los cuales reitero, nos han supuesto una lastimosa perdida de puntos irrecuperables, quiero ser crítico con mi equipo.
Teniendo el rival que había enfrente, que aburre hasta las ovejas, como ya dije en la previa, pero que futbolisticamente deja mucho que desear, el Sevilla de Manzano, sobre todo en la 1ª parte, dio una imagen de equipo muy, muy mediocre.
Prueba de ello, es que el Depor en la noche de ayer, hizo la mejor 1ª parte de la temporada.
Así jugará el equipo de Lotina...
No me cabe duda que la buena 1ª mitad del equipo coruñés se debió muchísimo más a los deméritos de un pobrísimo Sevilla que a los méritos propios.
Tengo la impresión que Manzano no estuvo muy "avispado" en la noche de ayer para hacer frente al entramado deportivista.
1 - 0 al descanso y a más de uno con ganas de cambiar de canal...
En el segundo acto, el Depor se replego y los de Manzano metieron en su área a los gallegos, eran los mejores minutos del Sevilla.
Aún así, en una contra, Palop es expulsado por claras manos fuera del área y acto seguido, segundo gol de los de Lotina.
Con el partido casi sentenciado, ocurrió lo que suele ocurrir en muchas ocasiones.
El equipo que está con once se relaja, pierden la posición y el que juega con inferioridad, en este caso el Sevilla se aprovechó de estos condicionantes a base de casta, tres golpes de fortuna y un para mi, hoy por hoy, tiular indiscutible en el Sevilla, Álvaro Negredo.
Al final, un linier con la bandera levantada eternamente, un árbitro que en esta ocasión no le hace ni puñetero caso, un gol que sube al marcador y una tángana que no sirvió para nada.
Empate a tres.
De nuevo tres goles en la portería de Palop.
Pernicioso problema que se esta eternizando en el tiempo durante toda las temporada, y que no hay modo de dar con la tecla que minimize al menos esos dichosos desajustes.
A mi entender, tengo la impresión de que se junta el hambre con las ganas de comer.
El sistema defensivo hace aguas y los defensas creo que en muchos casos no están dando el nivel para competir con garantías.
Ayer no estuvieron ni Kanouté, ni Romaric ni Jesús Navas.
Ayer se evidenció, que por el nivel de algunos futbolistas, bien por estado de forma, bien porque realmente no lo tienen para este Sevilla, el fondo de armario no es, ni tan amplio, ni tan competitivo como antaño.
Cabe desear que los refuerzos, todos ellos, los Medel, Rakitic, así como los Sergio Sánchez, Drago y un falto de forma (lógico) de Fazio levanten la competitividad de este equipo.
Ayer, dos puntos menos en las enclenques alforjas sevillistas.
Seguro que la actuación arbitral, una vez más tuvo mucho que ver en ello.
Pero no es menos cierto que en el cómputo global del partido, cabe preguntarse si los de Manzano merecieron mucho más.
Yo creo que no. Los partidos duran 90 minutos y durante 45 el Sevilla no compareció en el césped.
Noche de árbitros, de linieres, de banderines, pero también de crítica.