domingo, 11 de marzo de 2012

Lamentablemente, el carácter no se regala.


 Tantos tópicos se podrían utilizar tras el partido que el Sevilla disputó ayer en Gijón que seguramente todos y ninguno de ellos serian adecuados para explicar la situación por la que está atravesando el equipo esta temporada.

Vaya por delante que por asuntos personales no vi el partido, que no se nada de él más que lo poco que he podido leer en la blogosfera sevillista principalmente y en los medios de comunicacion sobre el mismo. De lo que no hay ninguna duda, lea donde lea, vea donde lo vea, es que el Sevilla volvió a sucumbir una vez más.

Y van...

Como no podía ser de otra manera, no voy, no puedo, no debo hacer ningún análisis de algo que no he visto, pero a lo que no me resisto es a mostrar una vez más es mi más absoluta decepción por el rendimiento de mi equipo, que por h o por b, por las razones que fuere, no está cumpliendo minimamente con las expectativas que de el se esperaba. Ya ni siquiera a corto plazo, al partido a partido.

De antemano, y asi he escrito reiteradamente esta semana, el partido de Gijón traía sus dificultades tratandose de las necesidades del rival, tratandose de las maneras de afrontar los partidos el técnico del equipo rival y sobre todo, tratandose de la fundamental y vital baja del jugador más intenso y más competitivo del Sevilla FC esta temporada y que no es otro que el chileno Gary Medel.

Y ante ella, desgraciadamente, el Sevilla no tiene en su plantila ningún recambio de garantías ni Michel parece haber dado con ninguna alternativa práctica que palie el déficit que el combativo mediocentro sevillista deja cada vez que se ausenta en el once sevillista.

Como os digo, no puedo hacer ninguna valoración de esta nueva derrota que ayer sufrió el Sevilla en el Molinón, pero si es cierto que es coincidente en la mayoría de las crónicas, amen del habitual ninguneo arbitral y de las maneras cuasi "delictivas deportivamente hablando del equipo rival" (teniendo enfrente el técnico que había tampoco habría que extrañarse tanto), como os digo, todo apunta a que una vez más a este equipo le faltó sobre el césped algo tan simple pero a la vez tan vital como es el carácter.

O huevos. O cojones, o como se diga...

Yo no hayo otra explicación para que un  equipo con el potencial que tiene el Sevilla ofrezca un fin de semana si, otro también la imagen de equipo sin alma, de equipo que no es capaz de hacerse, de hacer sentir al rival su superioridad. De la misma manera, no encuentro razones para tratar de entender como se pueden fallar tantísimas ocasiones de gol en cada partido y de como el rival con tan poco son capaces de llevarse el gato al agua, son capaces de rentabilizar sus rakiticas virtudes, son capaces de hacer algo tan antiguo en el fútbol como es nadar y guardar la ropa en tanto en cuanto nosotros al final ni nadamos, ni sabemos donde dejamos nuestras vestimentas.

Uno siente envidia, a secas, ni sana ni leches, de ver como cualquier equipo de esta liga, el que más o menos es capaz de ganar algún que otro partido pos 3-4 goles de diferencia, o al menos de hacerlo con un mínimo de suficiencia. El Sevilla, salvo frente al Getafe, en ninguno de los casos ha dado muestra ni de una cosa ni de otra.

No es cuestión una vez más de volver a defenestrar, de apocalipsar (acabo de inventar este termino) la situación de este equipo que se mire como se mire no se puede, no se debe ocultar que está haciendo hasta el día de hoy una pésima campaña.

Ignoro, ya ni siquiera me lo planteo cual será el recorrido de este equipo. Creo que Michel está en la senda correcta, no sin la inevitable adversidad de haberse montado en un coche ya en marcha el cual venía ya de una trayectoria basada en la indefinición y cuyo motor se venía calando a cada momento.

En un fútbol tan competitivo en el que el más tonto hace relojes, o se pone sobre el césped todo los argumentos posibles, todas las armas que un equipo tenga a su alcance, o cualquiera te da de ostias hasta dejarte KO.

Después de haber vivido no hace mucho con este equipo las mieles de la gloria, después de haber disfrutado con unos futbolistas que sin ser ninguno de ellos cracks mundiales si teníamos la certeza de que podían perder por que el equipo rival fuera mejor pero no por que sobre el césped te pudieran vencer en el esfuerzo, en la lucha, en el sacrificio, en ¡¡COJONES!!.., después de todo ello y de estar viviendo esta temporada lo que estamos viviendo, a uno no le queda más remedio que añorar desconsoladamente lo que ha vivido durante esos años.

Desgraciadamente en el Sevilla, ese carácter no se ha heredado.

Desgraciadamente, ese carácter tampoco se regala.

5 comentarios:

  1. Nos faltó lo que puso el otro equipo, por pequeño que sea, pero, como bien dices, esos cojones, hacen siempre grande al que lucha, y pequeño al que se entrega facilmente.

    Ya no se que esperar del equipo, sólo te digo que somos tan "así" que tengo la sensación de una victoria por la mínima ante el Barça.

    Estamos subidos en un tren donde nada más que sirven cal y arena, pero para una vez que quiero un sólo plato...

    Un abrazo, amigo!

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  2. Juani, solo te voy a decir una cosa, ¡QUE SE ACABE YA ESTA TEMPORADA!

    Un abrazo de tu amigo Gonzalo.

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  3. Sin duda hermano el coche se cala a cada dos kilometros y subirse en marcha en él no es pararse a arreglarlo,el mecánico no tiene lugar a reparar en marcha los defectos que el coche tiene ya crónicos y asi vamos tirando a duras penas palante,esto se ha vuelto como la carrera de los coches locos y nosotros por mas empeño que pongamos somos el Pierno Balluna y el Patán de copiloto ¿has visto alguna vez a estos dos llegar los primeros a la meta? yo tampoco,un abrazo.

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  4. Me da pena ver a mi Sevilla arrastrandose por el esos campos con equipos muy inferiores, de verdad, quisiera que la liga se terminara
    ya empezaramos otra campaña y que pensaran los pensantes una vez por toda y haber si sale la cosa mejor. Este año amargado totalmente por
    mucha cosas, SALUDOS.

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  5. Todos los equipos del mundo tienen malas temporadas de vez en cuando, y este año nos ha tocado a nosotros. Por mucho que nos empeñemos en seguir adelante, en mostrarnos optimistas, en tener fe, la realidad sigue cayendo sobre nuestras cabezas.

    En estos momentos, yo no renuncio a nada, pero la verdad es que no espero del equipo más que acabe la temporada de la forma más digna posible, y a otra cosa. Afortunadamente, el descenso anda ya lejos y esa amenaza no parece que nos vaya a acechar. Pero es triste ver cómo deambulamos por la zona mediocre de la tabla en una temporada tan mediocre de por si en toda la liga.

    Esperemos que se trate sólo de un mal año.

    Un abrazo

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