Una hoja en blanco, una pluma y un rincón de paz.

No va a ser fácil, ni mucho menos.

Pero creo que tomo la decisión acertada. No lo creo, estoy seguro de ello.

Tras varias semanas debatiéndome entre continuar como si no pasara nada, o parar, sabedor que si estaba pasando algo, finalmente he decidido ponerme manos a la obra y comenzar a solucionar todos los desaguisados que de un tiempo a esta parte estoy provocando a mi alrededor.

Y que conste, que el único culpable de todo ello soy yo. Escudarme en el blog sería engañarme a mi mismo y de paso a todos vosotros.

Reconozco que todo esto ya me ha sobrepasado. No he sabido conducir esta maravillosa herramienta que me proporcionaba este vuestro blog y he convertido el saludable hábito de escribir en una irremediable obsesión.

No debe ser así. Se de muchos amigos que lleváis vuestros magníficos blogs de manera ordenada y sin tantas exigencias, con trabajo, con dedicación, con tiempo, pero que en absoluto os supone ninguna rémora en vuestras vidas.

Desgraciadamente no es mi caso.

Mi nivel de exigencia, de pasión que pongo en todo lo que hago, y el blog no iba a ser menos, me han llevado a un callejón sin salida.

Ya he tenido varios amagos de acabar con esta maravillosa aventura y al final siempre volvía a engancharme.

No se vosotros, pero mi vida últimamente gira en torno a el.

Mucho tiempo de dedicación delante del ordenador y lo que más me preocupa, fuera de el también.

Tiempo que lamentablemente les estoy robando a los mios. Muchos, "voy...", "espera...", "un momento...".

Ya he sobrepasado el cupo. Todo tiene un limite.

Recuerdo una lapidaria frase que mi amiga Eva me comento al inicio de comenzar con el blog:

"Juan, recuerda que tu tienes un blog, no que el blog te tenga a ti...".

Detectado y reconocido el problema, tengo que ponerme manos a la obra.

Sabéis, después de varios años donde lo hemos pasado un poquito regular, la vida en estos momentos me está otorgando una serie de privilegios que desgraciado de mi, yo solito me estoy encargando de dilapidar.

Tengo una familia maravillosa a los que dedicarles mucho más tiempo del que le dedico en la actualidad.

Lo que no se es capaz de hacer ayer, ya no se hace. Hoy harás lo de hoy, pero lo de ayer ya te lo has perdido. No quiero perderme más nada.

No me lo perdonaría jamás.

Cuando comencé con Almas Sevillistas, mi única intención era coger una hoja en blanco, un bolígrafo y sacar mi corazón a pasear.

Ocurre que no todos los días se tiene ganas de pasear...

He pasado de disfrutar con esos paseos, a la obligación de tener que hacerlo. Y lógicamente no es lo mismo.

He pasado de sentir lo que escribía a escribir solo lo que pienso. Que está muy bien, pero no es lo mismo.

Hoy me veo metido en la vorágine que supone el tener que actualizar el blog con regularidad, con todo el trabajo de trastienda que esto conlleva.

No es fácil, de un tiempo a esta parte son varios los amigos que han pasado por este trance, Rafa, Alexis, Miguel, Joan, cada uno con sus historias pero que al fin y al cabo todos han optado por parar.

Yo también lo necesito. Me niego a cerrar la puerta definitivamente, esto me apasiona demasiado como para hacerlo, pero si tengo claro que para poner un poquito de orden en Almas Sevillistas, necesito estar fuera, salir de ella.

El permanecer dentro no me está permitiendo ver y analizar los muchos errores que sin duda estoy cometiendo ultimamente en todos los aspectos.

Siento el haber defraudado a muchos amigos que se están desayunando con esto ahora mismo. No quería ponérmelo más difícil. En cuanto me desahogue un poco me pondré en contacto con todos vosotros.

Hace unos días estuve hasta altas horas de la madrugada reflexionando sobre todo esto y fue entonces cuando tomé la decisión.

Dejo un equipo maravilloso, el compuesto por esos grandísimos amigos, pero no tengo dudas que vuelvo al mejor equipo del mundo, el mejor equipo posible.

Ni Jesús, ni Manolo...

¿Todavía queréis más pistas sobre quién era el próximo en acabar ciclo...?

Espero que seáis indulgentes conmigo y que comprendáis de buen grado la pequeña broma que os gasté hace unos días.

Siento haberos decepcionados...

Voy apagando las luces, hay que echar el telón. Antes tengo que terminar de recoger todos los bártulos

No se cuando nos volveremos a leer, solo deseo que cuando eso ocurra, si finalmente ocurre, sea con el verdadero espíritu con que nació Almas Sevillistas.

Al fin y al cabo, yo solo quería una hoja en blanco, una pluma y un rincón de paz.

Quisiera agradecer de corazón a todos los que en algún momento habeis tenido la atención de comentar, o simplemente de visitar Almas Sevillistas. Vosotros sois los que a diario le habéis dado vida a este vuestro blog.

Espero que si algún día se da de nuevo la oportunidad, tengais de nuevo la amabilidad de volver a esta vuestra casa.

A mis amigos, joder, va a costar...

Sabéis que os digo, que soy un tipo muy afortunado de saber que siempre habéis estado ahí, que seguiréis estando ahí, de sentir que me habéis dado mucho más de lo que yo os podré dar jamás.

Que he descubierto a través del blog y en los últimos tiempos más aún, gente maravillosa a la que voy a echar mucho de menos.

A todos, permitidme que os diga:

M. Rojas, Jesus, Mayte, Marcu, Nightingale, Cesar, J.M. García, Ramón, Juan Ramón, Maty, Miguel Ángel, J.L.Villa, Manu, Santiago, Selu, Jesus G., José Angel, J.L.Rosa, Alexis, Ravensen, Juan Antonio, Raúl, Papi Magase, Talibán, Giulio, Padre Manuel, Aldage16, Pepelu, P. Romero, C. Romero, Emilio Boticario, Alejandro, A. Hermi, Julián, M. Menacho, Antonio, etc, etc...

¡OS QUIERO!. Hasta siempre.