¿De veras que esta vez no me engañas?.

Al menos, que esa ilusión nos haga sentir que estamos vivos, que hay esperanzas...

Tras el partido, corrección, tras la segunda parte que el Sevilla FC realizó el pasado domingo frente al FC Barcelona, donde se pudo comprobar un nivel competitivo expuesto por los de Manzano no visto hasta la fecha en esta temporada, son muchas las voces que se postulan en que ahora si, que este equipo ha alcanzado ya un nivel óptimo y que en este último tramo de la temporada le puede llevar incluso a alcanzar la hasta hace bien poco, quimérica plaza de liga de campeones.

Al hilo de esto, estamos precisamente en ese tramo donde se cuecen las papas.
Últimos 10 partidos donde el exseleccionador español, Luis Aragones decía que se decidía todo en la liga.
Y no es que estemos en la posición soñada, ni mucho menos, pero visto lo visto en esta irregular temporada, al menos el equipo está en números de poder competir aún por los puestos que den derecho a esa liga de campeones.

Díficil, pero hoy menos que ayer...

Con todo, piano, piano.
El nivel ofrecido por el Sevilla en la segunda parte frente al FC Barcelona no cabe duda que invita a la ilusión, a soñar, mucho más dada la entidad del rival que había enfrente y que a nadie se le escapa, es hoy por hoy el mejor equipo del mundo y llamado a marcar una época.

Pero ¿será esta la definitiva?.

Han sido varias las fases del campeonato donde este equipo parecía arrancar de manera irremediable para arriba, pero que a las primeras de cambio se veía frenado en sus expectativas por factores varios difíciles de explicar, o a lo mejor no tan difícil...

El debut de Manzano en el banquillo sevillista tras la destitución de Antonio Álvarez, supuso un soplo de aire fresco, parecía que se había descubierto la panacea, aquello del "mago de Oz"...

Nada más lejos de la realidad.
Tras encadenar unas meritorias victorias en casa frente a conjuntos de nivel, véase At de Madrid, Ath de Bilbao o el mismo Valencia, la irregularidad de este equipo ha marcado una trayectoria a todas luces decepcionante hasta la fecha.

Aún así, han existido momentos en los que parecía que el equipo comenzabá a funcionar.

El partido de vuelta de la Europa League frente al líder de la bundesliga alemana en una fría y emocionante noche y que significó el pase en la fase de grupos tras empatar a 2 con el que era y sigue siendo, el equipo de moda en Europa.
Parecía que a partir de entonces, que si.
Pero no...

Igualmente, en los cuartos de final de copa del rey y frente a uno de los equipos más en forma del panorama español, el Villarreal, los de Nervión, con la indudable mano del técnico Gregorio Manzano, demostró con una magistral "partida de ajedrez" un altísimo nivel competitivo.

Con el cambio de sistema utilizado por el jiennense, con tres centrales y dos teóricos carrileros, con un ilusionante debut de Sergio Sánchez, el Sevilla parecía haber encontrado su particular "el dorado"...

Tampoco fue el caso.

Manzano siguió apostando por el clásico 4-4-2 y ni los resultados ni el juego aportaron un mínimo de regularidad.

Fue con la llegada de los refuerzos invernales que finalmente si llegaron, el "pitbull" Medel y el croata Rakitic cuando a este Sevilla se le ha ido cambiando el color de cara.

Empezó a diluirse esa palidez que le ha acompañado durante toda la temporada para ir cogiendo un poquito de color con el transcurso de las jornadas.

Ha sido precisamente frente al mejor equipo del mundo, el FC Barcelona de Guardiola cuando este Sevilla ha presentado su mejor cara, al menos, la más competitiva.

Y en esas estamos.

A falta de 10 partidos, donde casi todo está por decidir, donde se cuecen las papas de verdad, Sevilla, no se si creerte o no.
¿De veras que esta vez no me engañas...?