martes, 28 de febrero de 2012

El legado: ahora soy yo.

Las sensaciones son idénticas, el ritual parecido, la pasión...ahí la llevamos, pero ahora, ahora soy yo.

Dicen que el sevillista no cumple años, que cumple temporadas.

Da igual los que sean, las que sean. Lo importante, lo único que al final queda de todo esto es el sentimiento que a uno le ata a algo, a alguien.

Da igual 40 que 5 los años. Da igual el sevillista que vive en Sevilla, que en Londres, Bruselas o Puerto Rico. Lo fundamental de todo esto es el amor incondicional que nos une a este sentimiento.

Uno que ha tenido la inmensa suerte de llevar vividas muchas temporadas ya, casi los mismos que años me contemplan, vive ultimamente con nostalgia pero a la vez con una enorme ilusión como el legado dejado por mi padre continua su camino sin fisuras, sin ambigüedades, sin condiciones, a pesar de todo...

En una época donde la mediocridad era el sino de aquel Sevilla, donde nunca vimos ganar nada, donde cada verano a pesar de que las penurias en casa fueron muchas, año tras año, temporada tras temporada, mi padre cumplía con algo que era parte indisoluble en nuestras vidas: renovar ilusiones, renovar los abonos. Los cinco abonos.


Sin más horizonte que visitar Nervión cada 15 días...Aquello si que tenía mérito. Orgulloso de ser parte de una exigente afición, pero afortunadamente sin la vomitiva crispación que se vive en estos últimos años.

Con todo, hay quién desgraciadamente, más en unos tiempos donde el yugo de esta puñetera crisis hace inviable cualquier mínimo dispendio, no se puede permitir el lujo de sacar no ya cinco, ni siquiera un abono, aún cuando su sentimiento está muy por encima de ello.

Mi solidaridad con todos esos sevillistas.

La verdad es que hoy me causa asombro, incluso perplejidad algunas cosas  que se dicen a propósito de esto, pero no es el caso. Hoy no toca...

Ahora soy yo.

Ahora soy yo el que cada verano, después de estar ahorrando euro a euro todo el año le toca renovar esos sueños...

Ahora soy yo el que cada 15 días le toca preparar todo el ritual previo a cada partido en el santuario del Sánchez Pizjuán.

Bufandas, banderas, merienda, las chuches, (donde quedaron aquellos pictolines, los caramelos solanos...)

Viendo como los hijos crecen y van tomando pocisiones al mando de lo que significa ser SEVILLISTA, ahora soy yo el que va tomando conciencia de aquel maravilloso legado.

Con todo, ya nada es lo mismo.

Ni siquiera el himno...


Seguimos siendo cinco, pero no somos los mismos cinco. Ya no nos acompaña aquella silla de ruedas de Angel. Ni siquiera Ángel. Ni nos acompañas TU...

Desgraciadamente, en algunas ocasiones ni siquiera somos cinco...

Mi hermano mayor José Manuel, mi sobrino Saul, mis hijos Alejandro y Sergio y un servidor.

Afortunadamente, lo que no cambia es el sentimiento, la ilusión, las ganas, el abrazo en cada gol.

Más allá que los de corto ganen o pierdan, más allá de las victorias, más allá de las derrotas, más allá de las alegrías, más allá de las tristezas, por más que ante nuestro inquebrantable, solidario, incondicional, nuestro sevillismo a "jierro" nos acusen de hacerte daño, aquí estamos Sevilla, aquí seguimos Sevilla.

Pasan los años, pasan las temporadas y tu legado sigue intacto. Y a fe que seguirá.

Pero ahora, ahora soy yo.




7 comentarios:

  1. Querido Gentleman,

    Me encanta!

    Las cosas cambian, los cinco cambian... las cinco ahora a veces son las siete, o las nueve o las diez... pero en cierto modo siguen siendo las cinco: En esas cinco antiguas se olia a futbol, tu legado hablará en su día de que muchas más horas holian a futbol.

    Pero lo que no cambiará es que, con el paso del tiempo, tus niños verán las cosas con tu prima y la trasnmitiran como tú tan bien lo has hecho.

    Un abrazo a todos... y gracias por el guiño! :)

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  2. Que bonito Juan, que recuerdos amigo... esos asientos de hormigón, esos batidos de la marca CUNIA que me compraba mi padre, esa puerta 0 cuando crecí un poco y jugaba en la cantera... que recuerdos amigo.

    Gracias por hacerme recordar esos tiempos tan bonitos.

    Gracias.

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  3. Y lo mejor es que tus hijos y tu sobrino seguirán con el legado y tendrán vivencias similares a las que tu cuentas.
    Un abrazo

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  4. Me reitero en lo que dice Papi y los demas comentaristas, precioso Juani.

    Que recerdos joder...

    Lo bueno de todo es que como bien dices, los enanos seguiran la estirpe de tan buenos sevillistas como han habido siempre en vuestra casa, empezando como no por el propietario de ese 4 LATAS.

    Como me acuerdo de el cada vez que nos traes cosas como estas.

    Un abrazo de tu amigo Gonzalo.

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  5. ¡¡Mamma mía!! Y eso que se han marchado las musas. A ver qué nos espera cuando vuelvan.

    Bonito, hermoso, precioso y...sentido.

    Un abrazo, artista

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  6. El post de por si es una maravilla, pero más incluso que eso, que ya es decir, me quedo con el otro que enlazas. No lo había leído... ¿dónde coño estaba yo en aquellos días? Seguramente en uno de mis retiros, en una de esas épocas en las que, como dice Marcu, las musas te abandonan.

    Por supuesto que el legado sigue, yo tengo uno de dos años y medio.

    Precioso, amigo. Esos recuerdos son los de cualquier sevillista, cada uno en su época.

    Un fuerte abrazo.

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