José Antonio Reyes Calderón.

Artículo escrito por Marcu.

 La mayor parte de nuestra vida profesional como enseñantes, tanto la de mi esposa como la mía, la hemos desarrollado en Utrera; la patria chica y la patria grande de José Antonio Reyes.

Mis tres hijos, igualmente han estado en Utrera desde que entraron en pre-escolar hasta que salieron con sendas licenciaturas universitarias.

Fue mi hijo mayor, Juan Antonio, el que primero comenzó a hablarme de Reyes. Éste tenía un año más que mi hijo y entre los escolares de Utrera ya se había corrido la voz que había un niño que jugaba al fútbol como nadie y que el Madrid y el Barça se lo querían llevar.

Hablo de 1992. Mi hijo nació en el 84 y Reyes en el 83 y por tanto José Antonio Reyes sólo tenía 9 añitos en esa época.

Pasaron un par de años y el nombre de Reyes circulaba de boca en boca entre los profesionales de la enseñanza sobretodo entre aquellos que como yo, además de amantes del fútbol éramos sevillistas.

No es mi intención escribir de la vida profesional de José Antonio Reyes porque, entre otras cosas, aquel que entre en Almas Sevillistas a leer esta entrada, estoy seguro que sabe de la biografía de este futbolista tanto o mucho más de lo que sabe el que escribe.

Quiero hablar de José Antonio Reyes persona, porque desde que salió el rumor que podría venir al Sevilla muchos sevillistas, más de los que debieran, están siendo demasiado injustos con él. Tan injustos están siendo que sin conocerle lo más mínimo, están haciendo tales juicios de valor que me atrevería a decir como mínimo, que son demasiado atrevidos.

Reyes es de familia gitana. Podría haber sido negro, chino, indio, musulmán, etc pero es gitano. Nada más.

Y el fútbol le hizo abandonar la EGB cuando estaba en cuarto curso. Y no hay que culpar a nadie porque es solo cuestión de escala de valores de las familias. Ellos eligieron el fútbol y acertaron en muchas cosas y se equivocaron en algunas. Como cualquier padre con su hijo.

Debutó como profesional y a duras penas sabía leer y escribir. Tenía mucho fútbol en sus botas y en su cabeza pero su cerebro no maduró a otros niveles como cualquier niño de su edad.

José Antonio Reyes, el futbolista grande, se encontraba metido de lleno en un mundo, el fútbol, donde no estaba preparado para ello y le traería a la larga no buenas consecuencias.

!!José Antonio Reyes Calderón se convirtió en un grandísimo futbolista pero en un inadaptado social!!

No por culpa de él. Ni de su familia. Ni siquiera de la sociedad. Lo hizo así el propio fútbol que engulle todo lo que se pone a su alcance.

Recuerdo una anécdota en un partido contra el Madrid allá en la capital que al finalizar dicho partido, un periodista "avispado" de esos que pululan por la capital, el ínclito Iñaqui Cano, le preguntó por el resultado y al no explicarse correctamente (tenía 17 años) le dijo: "te explicas como un libro cerrado" a lo que el joven Reyes contestó:

"Yo no vengo aquí a explicarme bien, que para eso está Vd. yo vengo a jugar al fútbol"

Decía antes que Reyes por mor de muchas circunstancias se convirtió en un inadaptado social.

Y es que entre las muchas definiciones que tenemos a nuestro alcance de inadaptación social, me he quedado con esta:" Se dice de aquel individuo joven, adolescente o niño incapaz de integrarse en un determinado contexto social y a sus exigentes condiciones de vida, ya que esas inadaptaciones son inherentes a este tipo de individuos y a su entorno familiar partiendo de los de mayor influencias como serían los propios padres".

Y este es el gran pecado de José Antonio Reyes, su arraigo a su Utrera natal, a su clima, a sus calles y a su gente.

Arséne  Wenger se fijó en él.  Le siguió.  Le espió.  Le observó...y le consideró el mejor jugador juvenil del mundo y se lo llevó para el Arsenal en el invierno de la temporada 2003-2004, siendo el primer futbolista español en ganar una Premier Ligue.

Estuvo en Londres hasta la temporada 2006-2007, donde por expreso deseo del jugador que pedía a gritos volver a España, fue cedido nada más ni nada menos que al R. Madrid.

Ni consiguió adaptarse a Londres, ni a Madrid, ni a Lisboa; y no lo consiguió sencillamente porque Reyes, con todo el dinero que le ha dado el fútbol no es más que otra víctima de este deporte.

Es un inadaptado social. Intentó adaptarse él mismo. Lo intentó su familia y sobre todo sus padres y no lo consiguieron, bien porque no supieron o simplemente porque no pudieron.

Y es que en esta vida existen inadaptados esporádicos y otros  patológicos, y Reyes y su familia pertenece a estos últimos.

José Antonio Reyes es un grandísimo jugador de fútbol. Ya dijo en una ocasión Joaquín Caparrós que hoy por hoy es el único que puede hacerle algo de sombra a Messi. Y Joaquín sabe algo de esto.

Pero repito, Reyes es una víctima del fútbol. A pesar de haber ganado muchos millones con el balón, sigue siendo una víctima del fútbol.

Su inadaptación a lugares lejanos de su tierra natal ha sido hasta ahora el gran handicap de su carrera.

Es de Utrera por los cuatro costados. Su vida es el Paseo de Consolación. La Corredera, La Vía Marciala, el olor a castañas asadas de la Plaza en invierno, La Vereda, Santiago, el Paseo de los Coches, las Casas Baratas, La Fuente Vieja y su Cristo de los Gitanos o su Virgen de Consolación, sí. sí, la del barquito en la mano. Es la autovía Utrera-Sevilla, la Ciudad Deportiva y su Ramón Sánchez-Pizjuán.

Se marchó forzado por las circunstancias. Ganó dinero y perdió felicidad. Y quiere volver. Siempre lo quiso.

Son sus amores, sus sentimientos ancestrales tanto de él como de su familia y de tantos y tantos utreranos.

Reyes no puede ser feliz en ningún sitio que no sea su Utrera natal y su Sánchez-Pizjuán.

Y está buscando su felicidad. Esa que no da el dinero y que solo la da su apego a su tierra, a su gente, a sus amigos de siempre, con su equipo de siempre que no es otro que el Sevilla FC.

!!Y eso no es pecado!!

Así que tú, sevillista de bien, de confirmarse finalmente el regreso de José Antonio Reyes al Sevilla FC, no le quites la ilusión y déjalo que sea feliz, que esa felicidad te la devolverá el jugador en forma de goles magistrales, pases perfectos, vertiginosas carreras y sudando la camiseta de tu equipo. Que es el mío.

Que es el suyo.

Tiempo al tiempo.

MARCU.