Tomar decisiones: ¿las tomo yo?.

Tras un telegráfico post escrito en el corazón de Nervión, cuando todavía no había concluido el encuentro, con los BIRIS animando sin parar a mi equipo, a tu equipo, a ese escudo, a esa camiseta, he llegado a casa con muy pocas ganas de nada y autoconvencido de no leer nada.

No ha sido así.
Tras dar mi habitual reconocimiento por la blogosfera sevillista, me he parado a pensar en lo sucedido esta noche en Nervión.

Todo en esta vida tiene un porque. Nada ocurre por casualidad.
Ya he comentado en varias ocasiones que soy persona de creer en las causalidades más que en las casualidades...

Comentaba en la previa que me olía que podíamos pagar los platos rotos contra la mourinhizada galaxia, casi la vajilla entera.
Desgraciadamente no me he equivocado.

Ponganle todos los condicionantes que quieran.
Lesiones, el Madrid, el sistema de juego, Capel por la derecha...Romaric por la izquierda...y más.

Pero lo visto anoche en el esperpento de partido que este Sevilla jugó frente al R. Madrid es la palpable realidad de que este equipo se ha quedado sin identidad.
¿Algunos de vosotros sabriais decirme a que ha jugado este año el Sevilla?

Sin patrón de juego, sin estilo de juego definido y mucho menos con un sistema claro a la hora de afrontar los partidos.

Se podrán cargar todas las tintas que se quieran sobre tal o cual jugador, casi los mismos a casi los de siempre, pero en mi opinión y partiendo de la base que yo no tengo ni puñetera idea de esto, el responsable de lo que viene sucediendo de hace ya muchos partidos para acá no es otro que el encargado de tomar decisiones, lease, Gregorio Manzano.

Pocas y casi todas equivocadas.
Cierto es que a duras penas, en esta segunda vuelta el equipo ha tenido una mínima regularidad de resultados, repito, a duras penas...
En gran medida gracias a la aportación de las incorporaciones hechas en este mercado de invierno, Medel y Rakitic.

Aun con ellos, el equipo en contadísimas ocasiones ha dado muestras de tener el control de los partidos. Tengo la sensación que no se ha aprovechado el verdadero potencial que estos hombres han dotado al grupo, a pesar del poco tiempo que llevan en el club.

Y a mi entender, creo igualmente que en gran medida el responsable de todo ello es el encargado de tomar decisiones, lease, Gregorio Manzano.

Lo de anoche fue un completo ejercicio de impotencia.
De nuevo Capel por la derecha... Hay que joderse.

Que digo yo que a ver si lo que Manzano está intentando con el Almeriense es sacar ese lateral diestro que lleva dentro...

Desaprovechar el desequilibrio, le salgan las cosas o no, que Diego Capel puede aportar por su banda natural, Sr Manzano, la izquierda, para sacrificarlo en la derecha para taponar en gran parte de los partidos la subida del lateral rival me parece una atrocidad.
Una "jartá" de correr que se pega el extremo sevillista, pero que lamentablemente, y no por su culpa, su aportación en ataque es casi cero patatero.

Ya he perdido la cuenta de los partidos que Capel ha jugado a pierna cambiada todo los minutos que ha disputado y cuyo resultado en ataque, porque hasta la fecha, yo juraría que Capel juega, jugaba de extremo zurdo, o sea, en ataque, es nulo.

¿De verdad que no hay otra solución en la plantilla o en el filial que pueda dar más resultado por esa banda derecha?.
No pido que el que lo haga le vaya a quitar el puesto a Navas, pero joder, que aporte algo más en ataque.

Y en la banda contraria, Romaric...
Hay que joderse.
Sacar un trivote en el mediocampo para según Manzano, "tener un cierto control en esa zona", y colocar al único de los tres que puede dar cierto criterio encorsetado y perdido en esa banda izquierda, me descoloca tanto como lo de Capel en la derecha.

Ni aportaba en ataque, ni muchísimo menos en defensa.

Y a todo esto, un equipo sin ideas, sin espíritu y sin faro alguno que iluminara la negra emboscada en la que estaba metido.

Que el equipo está de lleno en una temporada de transición, creo que a nadie se le escapa.
Pero de ahí a dar la imagen que se dio anoche, por mucho que fuera el R. Madrid, o la que se dio en Getafe, o la que...creo que hay matices.

Soy de la opinión que Gregorio Manzano, a pesar de la ilusión que despertó cuando aterrizó en Sevilla, jamás se ha hecho con las riendas de este equipo.

No debe ser fácil tratar de conducir un coche teniendo que montarte en él cuando ya está en marcha, pero lo cierto es que da la sensación, que una vez dentro, todavía no se ha percatado de donde tiene el freno, donde el embrague y donde el acelerador.
Que digo yo que los tendrá como todos los coches...

Noche, la primera del "Manzano vete ya..."
No descubro nada si digo que la etapa del jiennense en el Sevilla tiene las horas contadas.
Esperemos que estas le de para al menos dejar al equipo en ese 5ª o 6ª plaza.
Ahora mismo, la sensación que tengo es que no va a ser fácil. Más bien todo lo contrario.
Esperemos...

Interiorizando lo que está pasando en la actualidad, yo no tengo sensaciones tan negativas desde hace mucho tiempo.
Ni siquiera cuando hace poco más de un año se destituyó a Manolo Jiménez y tras siete partidos si vencer, tenía la convicción de que este equipo me va a dar, muy, muy poco.

Retomando el mini post escrito y publicado con las entrañas a flor de piel escuchando en directo a los Biris antes de que finalizara el partido, esos incondicionales que nunca fallan, que siempre están, anoche solo tenía cuerpo y ánimo para expresar mi orgullo por ellos y mi amor incondicional por ese escudo, por esa camiseta.

Pasadas unas horas, son las 3 de la mañana, a mi no me sale decir aquello de "Manzano vete ya...". Entre otras cosas porque para lo que queda, esa decisión además de drástica, sería totalmente infructuosa.
Lo que si tengo claro, es que el ex del Mallorca ha agotado su crédito en el Sevilla, y que tras el pitido final del último partido liguero frente al RCD Español, este Sevilla debe tener ya las bases de lo que debe ser el Sevilla del futuro, pasando ineludiblemente por el banquillo.

Hasta entonces, y no solo en lo deportivo, habrá que seguir tomando decisiones, acertadas decisiones, ¿las tomo yo?...