Alves no está, Alves se fue...

A vueltas con la burra al trigo...
Estamos en Septiembre, con cinco partidos oficiales a las espaldas, y a estas alturas se le sigue dándo vueltas a si el Sevilla debe jugar con tal o cual sistema. Y lo peor no es que desde fuera se hable de ello, lo más preocupante es que desde el seno de la plantilla, se cuestione día si, día también, si es preferible jugar con dos delanteros o con uno, con un doble pivote o el ahora "descubierto" trivote, con extremos o interiores...
Creo que mucha parte de ese cuestionamiento que desde fuera y desde dentro se está haciendo en torno a si jugar con dos delanteros o no, viene de unas manifestaciones de un inexperto Antonio Álvarez cuando a mediados de pretemporada hizo una declaración de intenciones en torno a ello:

¿4-4-2 innegociable?
.-"La idea es jugar siempre con este sistema en líneas generales, aunque cambiemos alguna vez porque nos convenga. Teniendo delanteros como Negredo, Kanouté y Luis Fabiano no salir con un solo delantero y dejar dos en el banquillo todos los domingos. Si tienes pólvora, hay que usarla".

Me sigo reafirmando en la idea, en que más allá que un equipo debe estar estructurado en torno a un sistema táctico, esto no implica que haya que hipotecarse "si o si" al mismo.

La gente con Antonio Álvarez en el banquillo, tiende a rememorar y hacer odiosas comparaciones con el fútbol del Sevilla de Juande, y creo que se equivoca.
Y creo que se yerra principalmente porque aunque en esto de la pelotita está todo inventado, no es menos cierto que el fútbol que se practica hoy día no es el mismo que se practicaba hace 4 años. Hoy, por la competitividad existente, los equipos de perfil medio juegan a no perder, a aprovechar sus mínimas oportunidades, construyendo auténticos frontones en el mediocampo tratando de dificultar el juego del rival.

Pero independientemente de esto, la gente rememora aquella gloriosa época y la relaciona con un dibujo táctico parecido al 4-4-2, y creo que también nos equivocamos.
Aunque se jugara con dos delanteros, Kanoute-Fabiano, aunque se utilizara un doble pivote sacado de entre Marti-Maresca-Poulsen-Renato, aunque se jugara con una defensa de cuatro, a esto habia que sumarle siempre un plus añadido. El Sevilla de la etapa de Juande jugaba con Daniel Alves. No había más.

El manido debate de utilizar un doble pivote o un trivote no es más que con la idea de tener superioridad numérica en el mediocampo, y donde el rival no te axfisie en la presión. El Sevilla de hace 4-5 años, aun utilizando un teórico dibujo con un 4-4-2, tenía esa superioridad personificada en la figura del brasileño.

El trabajo y el dinamismo de Alves además de consolidar esa manifiesta superioridad a la hora de la construcción, implicaba otras variantes que favorecían que el juego del Sevilla, además de vistoso, fuera competitivo. Una defensa adelantada, lineas más juntas, velocidad a la hora de sacar el balón, etc...
Claro está que tanto "jolgorio" ofensivo del brasileño, costó más de un disgusto, y había que compensarlo de alguna manera, y es ahí donde entraba en escena el mejor hombre tácticamente hablando que he visto en años en el Sevilla, y ese no es otro que el Poulsen de su 1ª temporada. Las coberturas que el danés hacia a las subidas de Daniel eran simplemente, impecables..
Alves hoy día en el Barcelona, si es un lateral derecho al uso, ofensivo, pero lateral derecho al fin y al cabo. El brasileño, en el Sevilla de los títulos (o sea, antes de ayer..), no era solo un lateral derecho, era mucho más.

Eso no implica que hoy, al no estar Alves en el Sevilla no se pueda jugar con dos delanteros, ni muchísimos menos.
Habrá partidos que si, habrá partidos que no.
Vuelvo a repetir, que la clave, en mi humilde opinión, está en tener esa superioridad a la hora de atacar, pero también a la hora de defender. Y para ello, en función de los jugadores que se disponga y en función del rival de turno, será más productivo el utilizar un sistema u otro.

Y para ello, quien mejor debe saber y manejar esta situación es el técnico.
Por eso creo que bien harían los jugadores en callar, dedicarse a jugar y no alimentar más este traicionero debate. Dicen que "en boca cerrada, no entran moscas..."

Se jugará en base a lo que el entrenador disponga. Al igual que la responsabilidad, en la parte que le toca, para lo bueno y para lo malo, también irá para él.
El acierto desde la pizarra y la fortuna de los jugadores sobre el césped determinaran el resto.

Pero en mi opinión, y siguiendo con el refranero, "donde manda patrón, no manda marinero".
O al menos, así debería ser...